Abuelo
(soneto)
por César Carlos Bustos
A mi nieta Gabriela.
Los días a montones me han dejado
un espejo de sombra en la memoria,
que se conmueve a veces con la escoria
de un ayer detenido en el pasado.
Miro hacia atrás el tiempo congelado
y no puedo creer que ya es historia,
como el agua circulando por la noria
con su caballo oscuro y extenuado.
Me asola tibiamente la rutina
de los días iguales, y el instante
se deshoja en las horas sin cambiante.
Solamente me place este desvelo
que brota de una voz tan cristalina,
cuando me nombra simplemente, abuelo.